Un viaje al paraiso. (Pronto fotos)

No teniamos muy claro que nos encontrariamos, y descubrimos un paraiso.

Me disponia a realizar el viaje en barco más largo de mi vida, tres días a borde de un velero de no se cuantos pies, con cinco indigenas y tres más que embarcarian durante el viaje.

Miercoles 23 de Julio.

Sergio, Antonio y Raul se quedarón a dormir esa noche en el barco. Yo llegue al puerto sobre las 8:00 de la mañana. Aunque las intenciones del capitan (Sergio), eran salir lo antes posible, hasta las 11:00 de la mañana no zarpamos, rumbo a Tavira, nuestra primera escala. El viaje hasta Tavira fue muy tranquilo, aunque sacamos las velas, nos ayudamos del motos para poder mantener una velocidad constante de alrededor de 5 nudos. Sobre las 15:00 de la tarde, enfilamos la bocana de entrada a la ensenada de Tavira, varios barcos fondeados nos mostraban a las claras cual era el lugar de fondeo. Mientras esperabamos a Damian y David, los otros dos grumetes que faltaban en la primera remesa de tripulantes, nos dimos una vuelta por la isla de Tavira, donde nos pegamos una siesta de categoría en unos de sus chiringuitos, a la sobra de un cañizo, sobre un sofa de arena, que era una especie de sobnifero. Al final nos reunimos todos en el barco, hasta que decidimos partir para Tavira, en busca de un sitio donde nos dieran de comer. Con la zodia que remolcabamos, nos moviamos con cierta soltura por las cercanias de donde estaba el barco fondeado. Una buena cena, unas copitas y a dormir.

Jueves 24 de Julio

Me levante el primero. Intente preparar el café para el resto de la tripulación, pero no encontre las llevas de paso del gas, por lo que solo pude dejar preparada la cafetera. Mientras esperaba que se despertara el resto de la tripulación, desayune cereales y disfrute de una apacible puesta de sol. Una vez estuvieron activos, la mayoría, partimos hacia nuestra segunda escala, la Isla de Culatra. La cosa fue relajada, hasta que poco antes de la entrada a al ría de Formosa, se 'metio' un poniente bastante agresivo. Aquellos empezo a moverse, Sergio cogio un rizo a la mayor y Damian se despertó al grito de: "Esto es ir pasao ni na, mete trapo hay, hombre", mientras el resto en silencio, a la espectativa.

Conseguimos entrar en la ría, sin más problemas y despues de seleccionar la zona de fondeo, Damian, Antonio y yo, cogimos la zodiac y nos acercamos al poblado de Farol. Ya habiamos estado allí en invierno y en aquella época el poblado estaba desierto. Ahora esperabamo un poco más de actividad y encontrar una tienda donde comprar algo de comida. Acertamos de pleno y un pequeño supermecado nos surtio de todo lo que necesitabamos.

De vuelta al barco tuvimos algunos problemillas con la zodiac y en varias ocasiones el motor se paraba. Estuvimos a punto de quedarnos a la devira en medio del canal de entrada, pero la zodiac nos llevo sano y salvo al barco nodriza.

Una vez allí, dimos cuenta de una lagosta Cabo Verdiana que Raul habia traido de la ex-colonia Portuguesa. El viento empezaba a soplar con fuerza y ya habiamos fijado nuestro punto de mira sobre cual sería el campo de navegación para el extreno de las cometas. David y yo, los más impacientes salimos los primeros; montamos todo el material en la zodiac y al poco tiempo estabamos navegando en una pequeña ensenada. Empezamos con las 12m., pero el viento estaba fuerte. Al principio aguantamos el tipo, pero con el paso del tiempo la intensidad subia y la navegación con esas cometas se hacia 'incomoda'.

Al poco llegó el resto de tribú, montarón las demás cometas y nos turnabamos en el uso de las mismas. Esto me permitió dejar la 12m. y coger la 9m. de Sergio y poder navegar más en consonancia con las condiciones que teniamos.

Antonio llevo su cámara de video, esto hizo que el personal diera su mejor cara delante de la cámara.

Despues de la navegada, empezamos un camino tortuoso y lleno de dudas hacia Faro, a traves de uno de los muchos canales que forman la ría de Formosa.

El comienzo, marcado por bolla rojas y verdes, y con el GPS y el PC, fue un camino de rosas. El problema se planteo cuando se acabarón las bollas, a la altura de un puerto industrial. Continuamos por el canal hacia Faro, con la esperanza de encontrar un puerto. Poco despues nos encontramos un par de embarcaciones que estaban fodeadas poco antes de lo que pensabamos que era la entrada al puerto. Desde ambas embarcaciones nos hacian señales y despues nos lo dijerón de palabra, para que no pasasemos. El canal de entrada era muy estrecho y de noche no teniamos referencia visual de las tonalidades del mar, que sirven de ayuda para saber los cambios de profundidad. Una abanzadilla bordo de la super zodiac, fue a inspecionar el camino, mientras esperabamos en el barco, este toco fondo y fue definitivo para que el capitan decidiera desistir de su intento de llegar al puerto de Faro. La zodiac regreso y confirmo la decisión, hasta ellos habian tocado fondo. Ya era demasiado tarde para volver a Culatra, por lo que se fondeamos cerca de los dos barcos que nos habian dado el aviso y al amanecer saldriamos para Olhao.

Viernes 25 de Julio

A eso de las 6, 6:30 de la mañana me despierto y me da por mirar por uno de las 'ventanas' del camarote, cuando de repente veo que las bollas, los barcos, todo lo que antes teniamos como referencia habian desaparecido, me levanto rápidamente y me asomo a cubierta, esta primera impresión, rápida y sin pensar, confirmo mis temores 'El barco se esta moviendo, vamos a la deriba', desperte a todo el mundo, creo que incluso a los de los barcos de al lado y no si llego a salir en las noticias del periodico local de Faro: "Español isterico crea estres en la fauna y flora de la ría de Formosa, al grito de 'El barco se mueve', a las 6 de la mañana". Pero en el barco no se 'cosco' nadie, el único que hizo algo fue Sergio que se asomo por la escotilla de su camarote, hecho un vistazo vio que todo estaba bien y volvio a desaparecer. Lo único que habia pasado es que el barco habia cambiado de sentido, nada más. Fue la perla del viaje y yo fui el 'afortunado' en encontrarla.

Poco despues Sergio se despertó, arranco el motor y puso rumbo a Olhao. Todos estaban dormidos y yo me subí a cubierta para hacerle compañía.

El perosonal se levanto cuando estabamos entrando en Olhao. Atracamos en el puerto y fue la vendición del viaje. Nos pegamos una mañana de curro importante. Recogimos, fregamos, limpiamos todo el barco, nos pegamos todos una ducha, cosa que no habiamos hecho en todo el viaje y llenamos los tanques del barco de agua . Fuimos a comprar al mercado, desayunamos torradas y galao, fue una mañana de trabajo, pero nos quedamos como nuevos. Conseguimos un atraque para la tarde y poder pasar la noche allí. Ese mismo día recibiamos a los últimos en llegar; primero a Fran, en el puerto y posteriormente a Manolo y Felipe, en la Isla de Culatra.

Despues de recoger a Fran partimos hacia la Isla de Culatra. Teniamos previsto navegar con cometas en el canal de entrada que se forma entre las Isla de Culatra y Armona. Pasamos por los poblados de Farol, Angares y Culatra. Despues de estudiar la zona, el capitan encontro un punto de fondeo a pocos metros de la Isla. Como el día enterior, los primeros en desembarcar fuimos David y yo. Fui el primero en llegar a la playa donde ivamos a navegar y la impresión al ver el lugar fue indescriptible. Estabamos en un paraiso, un lugar tocado por lo dioses. Arena blanca, típica de todas las islas que forman la ría Formosa, pequeñas islas quedaban al descubierto con la marea baja y los diferentes tonos azules del mar formaban un mosaico que deja al observador en trance, hasta que se despierta del mismo y a mi me dio por chillar, era mi manera de expresar las sensaciones que trasnmite un lugar como este, y para completar la faena, desierto, todo para nosotros, deeloco.

Nos pegamo una mega-navegada, era para disfrutarla. Fue increible ver a todo el grupo junto navegando en aquel paraiso perdido y alejado de aglomeraciones, prohibiciones, bollas, chiringuitos, mosquitos, amacas y demás accesorios. Libertad con mayusculas, aunque solo fuera por un instante, tuvimos la suerte de sentirnos libres, solo el viento, tu cometa y una pequeña tabla y alrededor el sosiego del silencio.

Terminamos la navegado, volvimos a puerto, nos organizamos para dormir, entre los que se quedaban en el barco y los que nos quedabamos en la pensión y quedamos a una hora en un restaurante que conociamos de anteriores andanzas. Despues de la comida (que llegamos justo, a punto de que no nos dieran de comer) hicimos un intento de 'cachondeo', pero el personal estaba 'derrotao', no voy a decir todos, pero casi todos. El día fue de locos; curro por la mañana, navegada por la tarde, a esas horas de la noche el personal necesitaba el descanso del guerrero.

Sábado 26 de Julio

A la mañana siguiente Fran, David y yo nos despedimos del resto del grupo, volviamos en coche y dejabamos al resto el retorno por mar. Algunos, ese mismo sábado por la tarde, volvian a Huelva desde Isla Canela, donde permanecieron el resto de tripulantes, para completar una última joranda el Domingo 27, desde Isla Canela hasta Punta Umbría. La crónica de esos dos últimos días, no me corresponde hacerla a mi, ya que no estuve. Pero seguro que disfrutarón del viaje.

He escrito muchas palabras en esta crónica, pero tengo la sensación que no he sido capaz de describir los buenos momentos que pasamos. Y por mucho que lo intente, siempre tendré esa sensación. Hay cosas que da igual la cantidad de veces que las cuentes y la forma de hacerlo, son para vivirlos, y este viaje es uno de ellos.