Una navegada inesperada, una navegada de categoría.

El Sábado, 22 de Septiembre, fue para mi, la mejor navegada en la Punta de la Canaleta, de este veranos que nos abandona, para viajar a otras latitudes.


No esperaba navegar ese día, las previsiones no acompañaban. Yo estaba en otro quehaceres, cuando una llamada de Sergio me puso en alerta. Termine de hacer las quehaceres y me dirigí a la playa de La Canaleta, a ver si tenia suerte y me encontraba con alguien por allí, llegue a la playa cerca de las 19:00..


Al llegar Nieve e Isa me dan la bienvenida; "bueno, por lo menos hay alguien", pensé. Anemómetro en mano, mido y 11-12-13 nudos. Un poco flojo, pero como las previsiones para los siguientes días no eran buenas, decido montar y probar. Le doy las cifras a Manolo, que acababa de llegar y no le convencen mucho y pasa de montar.


Manolo dando clases a Nieves y yo que termino de montar y me voy para el agua, pensando que 'esto es engordar pa morir' y que me iva a mojar para nada.


Después de los dos primeros largos consigo volver al sitio, bueno, pues parecía que no estaba tan mal del todo, porque yo ya me veía 'petando' la playa como un loco.


Continuo con la navegada, volviendo al sitio y me animo a pegar algunos saltitos, que me habían salido por primera vez el día anterior. Y no me salen del todo mal, consigo recepcionar y seguir navegando, la cosa se esta poniendo interesante.


Después de un rato, primer y último percance, se me afloja el tornillo de uno de los food-trap, que a su vez sujeta el pad; intento volver al sitio para arreglarlo, pero no lo consigo y me pego una galleta antes de llegar. Vuelvo caminando por la playa, aprieto el tornillo y al agua.


El viento cada vez estaba más fuerte y continuo con mi serie de saltos, unos consigo recepcionarlos bien y otros me salen un churro, algún kiteloop y un poco de feky.


Pasan los minutos y continuo disfrutando como un cochino en un charco. El sol se esta poniendo y es impresionante navegar para un lado con el sol rojo a punto de tocar la línea del horizonte y por el otro lado la luna dando la bienvenida a la noche en lo alto del faro del espigón de Punta; si ya navegar con cometas es una sensación increíble, hacerlo a estas horas es un momento mágico, único y que he tenido el placer de disfrutar en contadas e inolvidables ocasiones.


Sobre las 20:15 decido que ya es hora de bajar la cometa y dar por concluida la navegada. Antes de que me de tiempo a bajarla, Manolo se acerca y me pide la cometa, el tío me estaba viendo y estaba que se salia del pellejo. Le dejo todo el material y se mete en el agua 'a pelo' nunca mejor dicho, con una bañador 'pelao' y 'mondao', no es que estemos en Diciembre, pero la época y las horitas que eran ... pero eso es un tío y lo demás son tonterías. Se pego sus buenos largos, sus saltitos, sus backloop y se quito un poco el mono.


Cuando Manolo se salio del agua, la noche nos había cubierto con si manto negro, solo un pequeño rescoldo del día que nos había dejado nos permitía poder ver lo justo para recoger. Antes de irme para el coche decido medir, por curiosidad, con dificultad, veo que el anemómetro marca 15-16 nudos, con un máximo de 17.


Completamente de noche, la farolas que iluminan el camino de madera que llega a la playa encendidas, me doy una pequeña ducha y endulzo el material.


Que gran día.

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