El Caño de la Culata: Sin palabras.

Por más que lo intento, soy incapaz de describir las sensaciones, que junto a mi maestro y amigo Sergio, experimente en la navegada del Lunes, en el Caño de la Culata.

Cualquier palabra que pueda salir de mi limitado vocabulario, estoy seguro, no estaría a la altura del momento a describir. Solo decir, que para mí, se ha convertido en uno de esos momentos que cuando se recuerden en silencio, una sutil sonrisa se dibuja en la cara del que lo recuerda y una enorme serenidad inunda el alma del que lo recuerda.

Son momentos como este lo que hacen que este deporte, ingrato en ocasiones, sea tan especial. Dar las gracias a todos los indígenas que forman este fantástico grupo, con el que tengo la suerte de navegar y de compartir estos instantes tan especiales. Un recuerdo especial a Sergio, por muchas cosas, pero en particular por hacer de guía en este mundo del kite, repleto de sensaciones, que el sabe descubrir y mostrar, a los que están dispuestos a oír.